domingo, 9 de enero de 2011

¿Llevar encima o dejarlos solos?

En los países occidentales desde hace muchos años los niños son protegidos contra el raquitismo con una profilaxis de vitamina D.


Un niño sano no tendrá daños en la espalda por ser porteado. En nuestra sociedad no hay motivos sólidos en contra del porteo de bebés en un portabebés, una mochila ergonómica o un fular. Al contrario: es la forma de contacto físico con los lactantes que mejor satisface la necesidad de contacto y movimiento (Montagu). En la larga historia de la humanidad el lactante siempre ha sido porteado por adultos y niños mayores. Las condiciones de vida y los múltiples peligros no permitían dejarlo solo durante largos periodos de tiempo.

El hecho de dejar a un lactante durante horas en una cuna es un descubrimiento de la era de la industrialización. Estas costumbres no se introdujeron en el siglo pasado pensando en los intereses de los niños sino que fueron una consecuencia d
el cambio en el estilo de vida y de trabajo de los adultos. Las nuevas condiciones de vida lo han hecho posible y las condiciones de trabajo han provocado que haya una gran distancia entre madre e hijo.


La necesidad de dejar solos a los lactantes durante horas tiene sólo 150 años, nada en comparación con la evolución humana en la historia. Otros motivos que apoyan el porteo: el niño puede formar parte del día a día de los adultos. Los padres pueden tenerlo consigo mientras realizan múltiples actividades. El padre y otras personas pueden portear al bebé de igual forma que la madre. Hace algunos años era sorprendente ver a un padre con su hijo en un portabebés. La gente se giraba a mirar, observaba a la pareja y negaba con la cabeza. Hoy en día es muy habitual ver a un padre con su hijo en un portabebés. Al fin y al cabo los niños que durante los tres primeros meses de vida son porteados, lloran menos. El hecho de ser porteados es muy importante pero no es la única forma de contacto físico. A algunos lactantes les apasiona acurrucarse con sus padres. Los padres se inclinan por una relación de contacto con sus hijos pequeños. Los lactantes disfrutan mucho si se les toca, se les acaricia y se les mece. En los últimos años el masaje infantil, que tiene una larga tradición en países del Extremo Oriente, ha encontrado cabida en nuestra cultura (por ejemplo según Leboyer). Todas estas actividades fomentan el desarrollo motriz de los niños. Además aumentan el apego entre padres e hijos.

Las experiencias que se llevan a cabo mediante los sentidos son un componente básico en la relación temprana entre padres e hijos. Los lactantes despiertos deben variar las posturas sobre la barriga, la espalda o medio incorporados. Cada una de estas posturas fomenta la motricidad de una manera. Los fulares son muy útiles porque se amoldan al crecimiento del bebé con diferentes posturas de porteo. En una postura medio incorporada el niño puede seguir correctamente lo que pasa en su entorno más cercano, tiene las manos libres para jugar y puede patalear libremente.

Fuente: Remo H. Largo, Babyjahre (Octubre 2009), 2000 Piper Verlag GMBH München



2 comentarios:

  1. La sociedad ha olvidado muchas cosas que no deberian de olvidarse, sin ir mas lejos a mirar la naturaleza y aprender de ella, no hay ningun mamifero que deje solo a sus crias, ¿por que deberiamos de hacerlo nosotros?

    Parece que la forma de vida que tenemos que llevar actualmente nos aleja de lo que realmente somos.

    Y es algo que depende solo de nosotros, hagamos las elecciones que tenemos a nuestro alcance como lo que realmente somos.

    Los primates llevan a sus crias encima durante mucho tiempo, ¿porque no nosotros? a fin de cuentas es lo que se ha hecho durante todo nuestro pasado, no deberiamos de dejar de hacerlo.

    Mi aportacion biologica....

    Besos y abrazos

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  2. Estoy de acuerdo contigo, María. Pero se supone que los animales "racionales" saben más, y así nos vá.

    Muy buena tu aportación, bióloga.

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